Todos los días, un niño llamado Santiago emprende su camino hacia el colegio de una manera muy especial. En lugar de tomar el transporte habitual, como el coche, el autobús o ir caminando, recorre los 5 kilómetros que lo separan de su casa a su centro educativo montado en Relámpago, su fiel caballo.
Una vez que llegan al colegio, Santiago suelta a Relámpago en el campo, donde el caballo puede descansar y disfrutar de un rato libre hasta que su dueño termine sus clases. Al final del día, Santiago vuelve a preparar a Relámpago y, juntos, regresan a casa, repitiendo la misma rutina que refuerza el profundo lazo entre ambos, a excepción de los días de lluvia.









