Cuando pensamos en ponis, lo primero que suele venir a la mente son niños montando caballos pequeños, pero en realidad tienen mucho más de lo que imaginamos. Con una altura inferior a 1,48 metros, los ponis son fuertes, inteligentes y muy versátiles, y existen muchas razas diferentes.
El Shetland, por ejemplo, es uno de los más conocidos. Proviene de Escocia y, aunque es muy pequeño, posee una fuerza impresionante. Son ideales para los más pequeños, aunque a veces pueden ser un poco cabezotas.
Otro poni muy popular es el galés, que además de ser bonito, es ágil y perfecto para disciplinas como el Salto y la Doma. Es muy apreciado por los niños que ya compiten o están empezando a hacerlo.
Y no podemos olvidarnos del Connemara, un poni irlandés algo más grande, pero con muchas ganas de trabajar. Es una opción excelente tanto para niños como para adultos que buscan un compañero noble y deportivo.
Cada raza tiene sus características particulares, pero todas tienen algo en común: son ideales para aprender, disfrutar y crecer en el mundo ecuestre. Ya sea en una clase de equitación o en una pista de competición, los ponis siguen demostrando que lo bueno, a veces, viene en tamaño pequeño.









