El otoño es una estación de transición en la que los caballos, al igual que las personas, sienten los contrastes de temperatura entre el día y la noche.
Para garantizar su bienestar, es esencial adaptar sus cuidados y rutinas. Uno de los aspectos más relevantes es el pelaje: durante esta época comienza a engrosarse de forma natural, por lo que el cepillado diario ayuda a mantenerlo limpio, estimular la circulación y detectar posibles cambios en la piel.
Además, conviene revisar si el caballo necesita mantas, especialmente en caballos más mayores, con poca grasa corporal o aquellos que pasan la noche al aire libre.
Por su parte, la alimentación debe ajustarse a su nivel de trabajo y a la bajada de las temperaturas, aumentando la fibra para favorecer la termorregulación interna, si quieres consejos personalizados y una nutrición a medida para los cambios estacionales, visita Special Feeds /https://specialfeeds.es/tienda-pienso-para-caballos/ .
Y no hay que olvidar la hidratación. Aunque beban menos agua al no hacer calor, es recomendable asegurarse de que siempre tengan acceso a agua limpia y fresca.
Por último, el control veterinario y del herrador es clave en esta época, ya que los cambios de humedad afectan tanto a la salud respiratoria como a la calidad de los cascos.









