Con acentos musicales del sur, bailarines, carruajes de ritmo rápido y, por supuesto, muchos caballos, la puesta en escena del clásico concierto “Horse & Symphony” en el Estadio de Doma radiaba un gran ambiente mediterráneo y llevó a los espectadores en un viaje temperamental lleno de impulso y alegría de vivir, el viernes y sábado por la noche.
Todo empezó con elegancia: dos nobles caballos de Córdoba Ecuestre, que viajaron especialmente desde España —país socio del CHIO Aachen de este año— guiados artísticamente a riendas largas, rindieron homenaje a la tradición centenaria y homenajearon la caballerosidad española, caracterizada por orgullo, elegancia y armonía. Acompañados por la melodía de “Danse Bohème” de la Suite No. 2 de Carmen, de George Bizet, interpretada en vivo por la Orquesta Sinfónica de Aachen, los espectadores ya estaban inmersos en la puesta en escena de este año del clásico concierto Horse & Symphony, que sin duda cumplió con su lema “Verano en la ciudad”.
Tras este primer acto, bajo la dirección del Director Musical General Christopher Ward, se interpretaron varias de las obras más populares de la historia clásica: desde la legendaria “Marcha Radetzky” de Johann Strauss, hasta el ardiente paso doble “España cañí” de Pascual Marquina Narro y “Fandango” de Amadeo Vives, pasando por melodías conocidas de “La máscara del Zorro” y éxitos cautivadores de Miley Cyrus. Todo ello se enriqueció con actuaciones espectaculares que alternaron entre gracia, acción y elementos históricos.
Los hermanos Lisa y Matthes Röckener celebraron la conexión especial con sus caballos en una demostración impresionante de doma en libertad; la campeona europea de Equitación de Trabajo, Mirjam Gall, y su equipo ofrecieron una actuación basada en el estilo de los pastores de España y Portugal; mientras que el equipo juvenil del club de vaulting, Köln Dünnwald, cautivó al público con sus acrobacias fascinantes. Y, en el momento en que Laury Tisseur conquistó los corazones de los espectadores con su interpretación impresionante y arriesgada del “Poste húngaro” a galope completo, toda la multitud se puso de pie: en dos caballos, guiando otros más con riendas largas, el artista francés realizó maniobras atrevidas, incluso saltando obstáculos. Un momento que puso los pelos de punta y que fue recompensado con ovaciones de pie.
Jérôme Sefer y Kevin Ferreira, dos pioneros del vaulting en libertad, también fueron igual de impresionantes. Sin sillas ni bridas, los dos atletas franceses realizaron ejercicios acrobáticos sobre y sobre sus caballos, una experiencia aún más emocionante. Y, finalmente, antes de que todos los participantes regresaran al Estadio de Doma portando antorchas encendidas —siguiendo la tradición—, el público pudo disfrutar del acto final mágico: el equipo de espectáculo de Britta Rasche-Merkt y los bailarines de la Escuela de Ballet Ferberberg Natalie Jungschlaeger sumergieron el Estadio de Doma de Aachen en un mar de luces atmosféricas en los colores nacionales de España. ¡Eso fue mágico!
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