Los protectores de hielo son una solución práctica y eficaz para cuidar las extremidades del caballo tras entrenamientos intensos o competiciones.
Se trata de una herramienta para aplicar una terapia de frío, ayudando a reducir la inflamación, aliviando la tensión muscular y relajando los ligamentos después del ejercicio.
Estos protectores aplican frío directamente sobre las extremidades del caballo, en la zona de la caña y el menudillo. Tienen un diseño que permite un ajuste preciso a la forma natural tanto de las manos como de los pies del caballo.
Es un método cómodo y económico para aplicar frío terapéutico. Para que cumplan su función correctamente, deben conservarse en el congelador. Después de cada uso, es importante volver a guardarlos allí para que se mantengan fríos.
Según las necesidades de cada caballo, esta puede ser una solución muy útil y práctica para facilitar su recuperación y prevenir lesiones.









